Niña de seis años muere carbonizada en incendio de solar

“Déjenme entrar. Quiero morir quemada con mi hija”, gritaba llena de rabia e impotencia Mariel Merejildo Verástegui.

La joven madre, que se gana la vida como vendedora ambulante en Mesa Redonda, no asimilaba la pérdida de María Jesús T.M. (6), la mayor de sus hijas, que murió carbonizada junto con un anciano en el incendio que arrasó con 25 humildes viviendas de un antiguo solar en el Centro de Lima.

Una y otra vez no dudó en enfrentarse con todas sus fuerzas a todo aquel que trataba de impedirle que ingrese a su casa que aún ardía en llamas para abrazar el cuerpo de su amada María Jesús.

Su vivienda y las otras 25 familias que conformaban el solar del Jr. Ocoña 274 quedaron reducidas a escombros tras ser alcanzadas por el fuego.

La pequeña se encontraba en el altillo y fue muy tarde cuando trató de escapar del fuego.

A duras penas, su abuela Corina Larios Liceta (75) solo pudo salvar a Mirella, la menor de sus nietas que estaba en el primer nivel.

Quiso salvar ahorros

Ni bien se desató el siniestro, el jubilado Gregorio David Alvarado Alvarado (75) logró ganar la calle, pero cuando estaba a punto de salvarse se acordó que en su casa tenía los ahorros de toda su vida.

“Desesperado entró gritando mi plata mi plata, y nadie lo vio salir”, comentó su vecina Mariluz Churata.

“Mi esposo era jubilado, pero se cansó de luchar para cobrar su pensión. Vivíamos del alquiler de dos cuartos que habilitamos en mi casa”, recordó entre lágrimas su viuda María Vilca Miranda, su compañera de 27 años.

Caos y desesperación

El infierno se inició poco después de las 11:00 de la mañana y según las primeras investigaciones, habría sido originado por un cortocircuito.

El material inflamable con el que están levantadas las viejas viviendas provocó que las llamas se propaguen en cuestión de segundos.

Mientras esperaban la llegada de los bomberos, los propios vecinos trataban inútilmente de sofocar el fuego con baldes de agua.

El caos vehicular en el Centro de Lima provocó que las unidades bomberiles demoren hasta media hora en llegar a la zona de la tragedia y el tráfico también se volvió un verdadero infierno.