Bomberas dejan sus hogares en Navidad para ayudar al prójimo

Mientras usted lee esta nota, muchas jóvenes bomberas y otras más veteranas están en algún lugar de Lima combatiendo incendios o atendiendo emergencias médicas.

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Eduardo Guerrero / Hilmer Gasco

Mientras usted lee esta nota, muchas jóvenes bomberas y otras más veteranas están en algún lugar de Lima combatiendo incendios o atendiendo emergencias médicas

Si la sirena las llamara en Nochebuena, mientras hacen turno lejos de sus hogares, añorando a sus hijos, estas mujeres de rojo saldrían prestas a ayudar, como lo hicieron en los últimos incendios que castigaron Cercado de Lima, La Victoria e Independencia. Es su mística.

EL FUEGO DE ADRIANA 

El 13 de diciembre pasado, a ocho días de haber salido de la escuela de bomberos, la estudiante de márketing y voluntaria en la compañía de San Juan de Miraflores, Adriana Mendoza (19), no dudó en ir al infernal siniestro del almacén de llantas en la cuadra 22 de Nicolás Arriola, La Victoria. 

Mis compañeros más antiguos me daban serenidad. Los minutos eran interminables, el fuego alcanzó los mil grados, pero nunca tuve miedo. No puedes equivocarte porque tu vida y la de otros depende de ello”, recordó Adriana.

LA ENFERMERA RISUEÑA 

En similar actitud encontramos a Susana Lucía Salas (23), seccionaria de la nueva compañía de Jesús María y estudiante de enfermería. 

“Las mangueras por la presión del agua nos sacudían como marionetas, pero cuando entras al siniestro hay que pisar como en un campo minado”, dice Salas, quien perdió exámenes para ir a La Victoria. Eso sí, el de humanidad lo pasa sobresaliente.

LA TENIENTE 

Con más de 16 años en los bomberos, la teniente Guisell Robles fue la encargada de monitorear el comando en La Victoria. Radio en mano, movía unidades y era el enlance para que el agua llegue. 

REGALO DE PAPÁ NOEL 

Casi sin aliento, Dora Cánepa abandona la fábrica de calzados de Independencia, devastada por las llamas. Estudiante de Ingeniería, afirmó que desde niña le pedía a Papá Noel ser bombero. 

“Cuando uno está en medio del fuego pienso que debo rescatar a mi familia”, comentó orgullosa.

AMOR ENTRE LLAMAS 

Susan Cussi conoció en medio del fuego al amor de su vida, Noé Laos, con quien lleva diez años: “No tenemos tiempo para celebrar. El primer año lo hicimos y un incendio nos interrumpió, volvimos al día siguiente”. 

Todas estas mujeres de rojo tienen el gen de la ayuda en su ADN y una mirada de fuego por los infiernos donde transitan. 

LA MUERTE SE LLEVA A TODOS

Kruskaya Torres (30) es otra heroína bomberil. Hace poco estuvo en el incendio de Ocoña en el centro de Lima, donde tuvo la penosa tarea de recuperar el cadáver de una niña de siete años.  No durmió esa noche, pero después rescató a un anciano en un accidente. La muerte, dice, no discrimina.

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