Policía mata a ex conviviente porque no quiso volver con él

Una madre de familia fue asesinada por su ex conviviente ni bien acababa de dejar a su único hijo de seis años en el colegio. El policía cumplió sus amenazas de muerte.

Mishel Rumi Aguirre (23) fue interceptada por su ex pareja, el suboficial PNP Gabriel Isaí Mogollón Canahuari (23), a pocos metros del centro educativo María Reina de Corazones, en el Callao, donde estudia el pequeño de ambos.

SACÓ SU ARMA

Margorie, amiga de la víctima, contó a los agentes a cargo del caso, que el sujeto se acercó y una vez más le pidió retomar la relación, pero fue rechazado nuevamente.

“Como no le hizo caso, le  tiró dos cachetadas y sacó su arma de fuego. Mishel intentó detenerlo, pero ese maldito, que llevaba puesto su uniforme, le disparó a quemarropa en el estómago”, relató.

Contó que quiso evitar que el sujeto huya del lugar, pero solo le quitó las cacerinas del arma. “Lo agarré, pero como es más fuerte logró huir”, aseguró. 

Agregó que el feminicida, quien trabaja en el Escuadrón de Emergencia Sur, vino siguiendo en un automóvil a su conviviente.

Luego esperó a que esta deje al pequeño para cometer su macabro plan.

Aún con vida, la mujer, quien tenía un centro de belleza en el Mercado Rojo de la zona, fue trasladada al hospital San José, donde a los pocos minutos falleció.

Silvana Ramírez, amiga de la infortunada, contó que en febrero esta se enteró de que el padre de su hijo le era infiel y terminó la relación. Desde esa fecha empezó a  amenazarla de muerte.

“Pensaba que estaba con otro hombre, por eso no regresaba con él. Era un loco enfermo de los celos. La atormentaba todos los días diciéndole que la asesinaría si no regresaban”, relató.

INTIMIDÓ A EX PAREJA

Prueba de ello, es que el sábado último, el policía acudió a la vivienda de Mishel y la amenazó con el arma de fuego. 

En esa ocasión forcejearon y salieron dos disparos. “Le dijimos a los padres de Gabriel, pero no nos hicieron caso”, aseguró.

Su madre Karina Rumi dijo que su hija le contaba que era agredida física y psicológicamente. “Pido justicia”, dijo antes de desmayarse.

En horas de la tarde, el policía se entregó en la Divincri del Callao. En el lugar dijo estar arrepentido por lo ocurrido.