Juan Cominges: “Vendí polladas para los pasajes”

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Nicole Vásquez Cuba

Fotos: Arturo Pérez

 Juan Cominges vive un momento especial. Su talento parece resurgir después de tantos años y tantas lesiones. 

A sus 31 años el volante de Sport Boys señala que este buen momento se debe a la tranquillidad que le da jugar en Boys pese a tantos problemas institucionales.

“Llegué a un club quebrado en el que me vi friendo y vendiendo pollos para sacar adelante al grupo. Esa es la esencia de buen fútbol y unión que me ha regalado el Boys y que no he encontrado en ningún lado”, comenta.

—¿Qué propondrá Boys este año?

—Paul (Cominges, su hermano) quiere que Boys presente un tipo de juego diferente, arriesgado sobre todo en el ataque. Por eso quiere que estemos muy concentrados. Creo que estamos dando los primeros pasos para que eso funcione.

—¿Físicamente cómo te encuentras?

—Es lo que siempre me preguntan. Hace mucho que no me lesiono por siacaso (sonríe). Estoy bien.

—¿En un buen nivel?

—Creo que lo del nivel se demuestra en cada partido.

SU DEBUT

—¿Cómo recuerdas tu debut?

—Con mucho cariño, de hecho han pasado 13 años desde que me inicié en el fútbol profesional con muchas lesiones, pero me siento un bendecido por seguir haciendo lo que me gusta. 

—La lesión en la columna fue la más complicada, por así decirlo...

—La más trascendental. Justo el día de la presentación del Boys se cumplió diez años de ese momento que marcó mi carrera.

—Lo dices con mucha nostalgia.

—Es que detrás de esa lesión están las cosas que se quedaron en el camino. Yo solo tenía 21 años. Jugaba en Argentina. Las posibilidades de ir a Europa estaban casi cerradas. 

—¿Sentiste frustración en algún momento?

—Sí, claro, en algún momento. Yo había hecho todas las divisiones inferiores, ya había jugado en la selección mayor, en Argentina venía haciendo goles, tenía una carrera en ascenso. Se me truncó pero la vida va más allá del fútbol.

—La vida a veces es injusta, muchos desordenados en el fútbol y tú con este tipo de situaciones...

—Yo no voy a juzgar a nadie por cuán ordenado o desordenado puede ser en su vida. Los chicos que han llevado su carrera saliendo de noche más de la cuenta y han sido felices, así estará bien para ellos.

—Digamos que no es lo indicado...

—En tal caso, cada uno sabe cuán bueno es y cuánto le afecta dentro del campo. Cada uno debe valorar el talento que tiene, quizá se puede enfrentar a perder la oportunidad de consagrarse eso ya va a quedar en cada uno.

EN BOYS

—¿Es el peor caso institucional con el que te ha tocado convivir, hablamos de Boys?

—Podrá ser, pero es el club que me ha enseñado mucho pese a que jugué en varios sitios. El año pasado dimos un ejemplo de dignididad, hicimos de todo para mantenernos y mantener al club.

¿Como qué por ejemplo?

—Me vi friendo y vendiendo polladas para los pasajes de los más chicos. Organizar una pollada es complicado. Pero creo en realidad que esa es la escencia de buen fútbol y unión. Es un ejemplo que me ha regalado el Boys y que no he encontrado en ningún lado.

¿Piensas en el retiro?

—No, pienso jugar fútbol toda mi vida (ríe). Creo que me retiraré el día que en verdad sienta que me superan.                           

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