Julio García: “Hay que disfrutar la vida”

Carlos Lara Porras

Lo de Julio García es una lección de vida. Tras aquel accidente automovilístico que sufrió hace cinco años y que lo dejó postrado en una silla de ruedas, el Pincel no se da por vencido en esa lucha por volver a caminar.

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—Te veo mejor, Julio.

—Lo bueno es que me ves mejorando porque mi caso es muy lento y mi mejora es complicada. Mi lesión si bien es neurológica tiene que ver mucho con la parte física y yo que soy un deportista el hacer terapia a diario es como seguir con los entrenamientos.

—El objetivo final es volver a caminar.

—Esto es como la vida, hay que disfrutar el camino, el proceso y yo estoy en ese proceso y lo disfruto, sin penas, sin tristezas, afrontando la situación, asumiéndola y tratando de mejorar cada día.

—¿Cómo es tu rutina?

—De lunes a sábado entreno, dos horas diarias y en casa también. 

—¿Qué te dicen los médicos?

—Ya no voy donde los médicos, ellos eventualmente me evalúan, ven mis mejoras y sé que ven bien mi evolución. Inicialmente mi diagnóstico no era tan alentador y creo que ya lo superé largamente, pero me queda un buen tramo por recorrer. 

—A esta altura de la vida, ¿qué reflexión te deja esto?

—Hay que disfrutar la vida, el día a día, las experiencias, vivencias. Si te tocan buenos momentos hay que disfrutarlos, si te va mal afrontarlos. Nada de quejarse, sentirse víctima o sentirse menos. Esto es lo que me toca. Tengo una familia que me espera, dos hijos pendientes de mi recuperación y tengo que hacerlo por ellos.

LANZÓ SU SEGUNDO LIBRO

—¿Qué te inspiró tu segundo libro, Los churres de Flamengo?

—Me inspiraron unos chicos de Piura, talentosos, que conocí cuando estaba en pleno proceso de dejar el fútbol, tras mi salida de Cienciano. En el libro se mezclan historias de esos chicos y las mías.

—¿Es una historia ficticia? 

—Son mis memorias, vivencias. Si bien lo hago en tercera persona como una novela, es una historia real. La empecé a escribir antes de Sí se pudo. En total, me tomó poco más de dos años.

—¿Hay algún tema que pueda generar polémica? 

—He ventilado cosas de la interna en mi etapa de futbolista, pero cosas que se podían contar. En este libro hay algunas historias que puedan generar polémica. Son mis vivencias y tengo todo el derecho de contarlas.

SE FUE EN SILENCIO

—¿Por qué te retiraste del fútbol a los 31 años, el 2012?

—Fue por depcepción con el sistema, con algunas personas. Hay algunas cosas que el hincha no conoce y se los cuento porque ni ellos se enteraron que había decidido retirarme.

—¿Te quedó pendiente algo?

—No me pude consolidar en la selección. Las oportunidades no vuelven, pero contento por lo que me tocó vivir.

—¿Cómo disfrutaste la clasificación de la selección al mundial?

—Como hincha y emocionado porque Jefferson Farfán y Paolo Guerrero son los abanderados y si bien son tres años menores que yo, compartí momentos con ellos y estuvieron conmigo en las difíciles. Sentí una inmensa alegría.

—Antes de acostarte, ¿qué le pides a Dios?—Creo mucho en aquella frase que dice “A Dios rogando y con el mazo dando”. Uno no puede dejarle toda la responsabilidad a Dios y tiene que poner de su parte.