Fernanda Kanno revela que la engañaron: "Laszlo Kovacs es un loco bueno"

Alex ValenzuelaFotos: Arturo Pérez CruzadoNieta de un samurái. Sobreviviente de años duros en el oficio de mesera. Conductora de Domingo al día y A las once, ¡ah!, y también una mujer que vive sola pero que ama a los perros. Fernanda Kanno (31) se está mudando por enésima vez de departamento pero antes charló sobre su vida.

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Su abuelo fue el último samurái del Perú, por eso tiene un carácter fuerte.
Su abuelo fue el último samurái del Perú, por eso tiene un carácter fuerte.

Alex Valenzuela

Fotos: Arturo Pérez Cruzado

Nieta de un samurái. Sobreviviente de años duros en el oficio de mesera. Conductora de Domingo al día y A las once, ¡ah!, y también una mujer que vive sola pero que ama a los perros.  

Fernanda Kanno (31) se está mudando por enésima vez de departamento pero antes charló sobre su vida.  

—¿Tu abuelo Unshiro Kanno fue el último samurái del Perú?

—Escribí la historia de mi abuelo.  La tengo grabada en VHS. Fue un hombre recio. Cuando murió, un señor viejito vino al funeral y me dijo: ‘con tu abuelo se fue el último samurái’. Creo que lo consideraban así por su carácter, su capacidad de indignarse y su concepto del honor. Él tenía ese espíritu kamikaze y hasta sus últimos días sacaba su katana (espada) de metal y nos hacía la demostración. Pensábamos que nos iba a cortar (sonríe).  

—Su viaje a Perú fue una aventura total.  

—Sí, luego de la primera guerra mundial hubo una crisis terrible en Japón. Mi abuelo fue elegido para irse cuando tenía 11 años. Cuando el barco zarpó, se dio cuenta que su papá no estaba con él en ese instante. Lo habían dejado solo. 

—¿Puedes decir que eres nieta de un samurái?

—Estoy orgullosa de mi abuelo, de cómo aguantó toda su vida. Vino sin nada. En la Segunda Guerra Mundial le quitaron todo. Aquí en Lima corrió el riesgo de que lo detuvieran y deportaran. Me vas a hacer llorar (entonces las lágrimas se asomaron entre sus recuerdos). 

—¿Heredaste su carácter fuerte?

—Creo que sí. Por eso tengo ese carácter de renegona. Cada visita a su casa nos decía: “yo sufrí mucho” y durante toda mi vida me contó su historia. 

“TITO, UN LOCO BUENO”

—¿Por qué fue tan fugaz la relación con Laszlo Kovacs?

—No sé. Laszlo es un loco bueno. A pesar de la ruptura, somos amigos. No hubo drama ni tragedia (sonríe).  

—¿Fue mutua la decisión de separarse?

—Decidimos no seguir porque queríamos hacer cosas diferentes. Hubo cosas en que no coincidíamos y decidimos ser amigos. A mis 31 años no estoy para dramas. 

DOS ENGAÑOS, UN DOLOR

—Pero sí tuviste un drama sentimental.

—Sí, más de una vez me engañaron. Dos de mis parejas me sacaron la vuelta.   

—¿Cómo cerraste esas heridas?

—Me dolió mucho porque él lo negaba. Él no era del medio. Fue una relación bonita y larga. Teníamos planes de matrimonio. Luego me revolqué en mi mierda. Lloré bastante porque me sentí herida. Pero nada más, porque el orgullo se recupera. 

—¿Perdonas una infidelidad?

—No lo sé. Luego de que me sacaron la vuelta, yo volví con él. Hubo un chongazo, lloré y seguimos un tiempo más pero me di cuenta que las cosas no funcionan cuando desconfías. 

LA MEJOR MESERA

Al salir del colegio en el 2000, Fernanda tuvo que trabajar de mesera para poder pagar sus estudios en la Bausate y Meza. “La pasé muy mal hasta los 18 años. Trabajaba en la noche de mesera en un bar de Larco Mar. Llegaba a mi casa a las 5:00 am y a las 8:00 am tenía que estar en la Bausate pero era la mejor mesera”, contó.

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