El costumbrismo en nuestro país

Esta corriente literaria nace con la primera etapa de la vida republicana del Perú (1828-1852), en un periodo desordenado e inestable.

Nuestros escritores costumbristas presentaron tanto frustraciones de la ascendente clase media como de la declinante clase alta.  

Época de transición

Las guerras de la Independencia habían expuesto al Perú a las ideologías del capitalismo industrial y las ideas liberales. 

Por ello existió una confrontación política y social entre liberales y conservadores. Esta corriente recogió, en parte, la discrepancia y debate ideológico entre estos grupos. 

La literatura costumbrista describe una sociedad en transición, pues subsistían aún moldes y usos coloniales en las clases altas.

Sin embargo, la Independencia había hecho surgir conflictos producto de las desigualdades sociales. En este proceso, el costumbrismo se convirtió en una de las opciones literarias que buscó la expresión nacional en una época de aprendizaje y formación, como fueron las primeras décadas del sistema republicano.

Características 

Las principales fueron: 

a) Apego a la realidad inmediata, percibiendo las diferencias entre las clases sociales. 

b) Capacidad descriptiva de los tipos y costumbres de la sociedad. 

c) Tendencia satírica, ya como burla o como arma de lucha ideológica y política.

d) Su medio de expresión fue el teatro, sobre todo la comedia de tipo festiva, y el periodismo. 

Manuel Ascensio Segura

Nació en Lima el 23 de junio de 1805. Fue hijo de un militar español que luchó contra los independentistas en la batalla de Ayacucho(1824) y de una criolla peruana. 

Fundó diversas publicaciones, pero su principal actividad fue la creación literaria, llegando a ser considerado el fundador de la comedia peruana, pues cultivó un teatro de carácter didáctico y satírico. 

Su producción literaria fue abundante. El ingenio y la caricutatura son sus armas. Logró con destreza presentar sus ideas respecto a las costumbres de la época. Además, utilizó criollismos y refranes, haciendo del habla coloquial su medio preferido.

Una de sus obras cumbre fue Ña Catita (1845), en la que trata las peripecias de una alcahueta criolla que se introduce en la casa de Rufina y de Jesús para obtener provecho de los malentendidos familiares respecto al pretendiente de su hija Juliana.