La expresiva cerámica mochica

La Cultura Mochica se desarrolló entre el año 200 y 700 d. C. y ocupó gran parte de la costa norte peruana. Es decir, abarcó las provincias actuales de Ancash, Lambayeque y La Libertad.

La más conocida herencia cultural que nos dejó esta cultura pre inca es su cerámica que, por lo general, era enterrada como ofrenda a los muertos.

Hombres, divinidades, animales, plantas, ceremonias religiosas y escenas de la vida diaria fueron pintadas en vasijas globulares, semiplanas, cántaros, etc.

Tipos de cerámica

Los mochicas trabajaron tres tipos de cerámica:

1) La común: Son las vasijas cerradas de cuerpo globular, los cántaros, los silbatos, entre otros, con figuras sencillas como líneas geométricas.

2) La pictográfica: Las escenas pintadas en las vasijas son complejas y trabajadas con pinceles muy finos.

3) La escultórica: Reproduce con mucho realismo personajes, lugares sagrados, animales, instrumentos musicales, etc.

Gestos y expresiones

Los Mochica fueron considerados los mejores ceramistas del Perú antiguo gracias al fino y elaborado trabajo que realizaron, sobre todo, con sus huacos retratos.

Estos reflejaban con mucho realismo los estados de ánimo de las personas como la alegría, el amor, el odio, la tristeza, el dolor, la soberbia, el placer, etc.

En cada uno sobresale el dominio estético de la expresión humana, nada que envidiar a otras manifestaciones del arte universal como la escultura griega.

Estos huacos permitieron a los arqueólogos, como Rafael Larco Hoyle (fundador del Museo Larco Herrera en 1926), saber cómo era el poblador Mochica y cuáles eran sus costumbres.

Allí radica la gran importancia de conocer más sobre nuestras culturas pre incas que nos legaron una valiosa herencia.