Fiesta y descuentos

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Por: Lucho Camino

muchacalle.elpopular@gmail.com

Me di mi vuelta para saludar a la muchachada de el Popular por su 30 aniversario y me di con la sorpresa de que la ex reina de belleza, Marina Mora, también había llegado. Así que al toque le pedí una fotito para el Facebook. Es bien alta y muy hermosa, sencilla, y te habla como si te conociera siempre.

Estaba con Andrés Hurtado, que comentaba sobre su nueva aventura al frente de un programa. Como me quedé un rato más, conocí a Manolo Rojas, a la “Pucka” y otros artistas. De verdad que en pantalla uno los ve como inalcanzables o creídos, pero en persona son bien chéveres.

Tenía que chambear, así que fui fuga. Además, en el centro las playas de estacionamiento te cobran un ojo de la cara. Me quité satisfecho de pertenecer a la familia de el Popular y feliz de comprobar el gran cariño que cada uno de ellos le pone a su trabajo.

Prendí la radio para enterarme de las últimas y escuché el debate entre especialistas sobre la derogación de la ley que obligaba a los independientes a aportar a las AFP.

Pensé en mis sobrinos que vivían renegando. “No puede ser, pe tío. A uno le pagan poco, no nos dan ningún beneficio, ni grati cobramos, y nos quieren obligar a aportar a las AFP, cuando todos saben que no veremos ese dinero en el futuro”, me decían en casa.

En gran parte, mis sobrinos tienen razón. Las reglas nunca estuvieron claras. Y había tanta incertidumbre sobre la utilización de ese fondo. Lo único cierto era el descuento y ya. Era una ley hecha a medida de las AFP. 

Los especialistas decían que el Gobierno solo ha enmendado su propio error, que esa ley no tenía ni pies ni cabeza. El problema viene ahora, ¿cómo va a hacer para devolver los aportes a los independientes? Según calculan, son casi 9 millones de soles los que se recaudaron. Eso no es un sencillo.

Sin embargo, como le aconsejé a mis parientes, es mejor que piensen en el futuro, porque no siempre van a ser jóvenes y la vejez es dura sin una pensión.

De eso se trata, de generar una cultura de ahorro entre los trabajadores independientes. Suena bonito y fácil, pero en la realidad es muy difícil que se dé, porque vivimos en una sociedad que nos impulsa a gastar.

“Eso es verdad, Luchito”, me dice el Ñaño, el taxista filósofo. “La gente cree que tiene más poder adquisitivo porque nos dicen que el país está creciendo. Pero de lo que no quieren darse cuenta es que solo tenemos más capacidad para endeudarnos”, finaliza.

Y no miente. Mis sobrinos están llenos de tarjetas y trabajan para pagar deudas. Así nunca habrá ahorro posible. ¿O no?

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