Mi hijo es agresivo, ¿qué hago?

Comenzó quizás como un juego y de pronto se volvió algo más violento, y le pega a sus hermanos, a sus amigos o reacciona de forma agresiva cuando no hace lo que le piden.

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La comunicación de padres e hijos es vital para que aprendan a lidiar y superar sus frustraciones.
La comunicación de padres e hijos es vital para que aprendan a lidiar y superar sus frustraciones.

Comenzó quizás como un juego y de pronto se volvió algo más violento, y le pega a sus hermanos, a sus amigos o reacciona de forma agresiva cuando no hace lo que le piden.

“Los niños con comportamiento agresivo a temprana edad responden así como una forma de expresar un hecho que les causa disconformidad en el hogar, es su forma de expresarlo”, explica el psicólogo Rolando Navas.

El especialista indica que podría ser un llamado de atención a la ausencia de algún miembro o la falta de comunicación con ellos.

Igualmente, un ambiente donde hay agresión como medio para lograr equilibrio en casa, también será una causa para que el niño “aprenda” a ser violento. No importa lo enojado que estés, no le grites ni le pegues, en vez de frenar su comportamiento, lo enojarás más y le darás más ejemplos para ser violento”, recomienda el profesional.LO NORMAL

Los mordiscos son normales en niños de unos dos años, afirma Navas, pero no corregir esta conducta a tiempo puede causar que considere que está bien actuar de ese modo. Si se pone agresivo no esperes a que le pegue a alguien. Enséñale que la mejor forma de solucionar sus molestias es a través de la comunicación.

MÁS CONSEJOS

Por ejemplo, si tu hijo empieza a tirarle arena o juguetes a otros niños en el parque, apártalo, siéntalo a tu lado y explícale que podrá volver a participar cuando esté listo para jugar sin hacer daño a otros.

Asegúrate de que tu niño entienda que tiene que pedir perdón si hizo daño a alguien. No dejes pasar este importante punto. Si estas conductas persisten pese a estos consejos, es necesario que el niño reciba atención psicológica para conocer a fondo cuál es el problema que conduce su agresividad. No desantender el problema, porque puede convertirse en el futuro en un fomentador de “bullying”.

REVERTIR ESTAS CONDUCTAS

“El diálogo es la pieza clave dentro de toda formación, ya sea educativa, de crianza o socialización” , manifiesta Navas.

Por ello, pese a los ajetreos diarios en el trabajo y responsabilidades, como padre debes fomentar momentos para el diálogo con tus hijos, y así tener la oportunidad de saber “qué es lo que le molesta” y cómo puedes ayudar a superar sus conflictos.

Evita mostrarte agresivo con su conducta violenta. Recuerda que enseñamos con el ejemplo. No incurras en castigos físicos ni excesivos que posiblemente terminen perjudicando más la autoestima del menor y generando su resentimiento o ansiedad.

Trata de mantener una comunicación frecuente con los profesores, para saber cuál es el comportamiento de tu hijo, si se está adaptando a su entorno, o si has notado algún tipo de cambio.

Cuando notes una conducta agresiva, explícale por qué está mal reaccionar así y  enséñale a canalizar sus frustraciones de otra manera.

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