A botellazo limpio

El presidente del Consejo de Ministros, Yehude Simon, aseguró que el fallo del Tribunal Constitucional (TC) sobre el trabajador Pablo Cayo Mendoza, quien supuestamente asistió a su centro de labores en estado de ebriedad, es una "vergüenza" y "nos pone como el hazmerreír del mundo".

"¿En qué lugar del mundo un tribunal falla a favor de una persona que le falta el respeto a su centro de trabajo?" declaró el Premier.

Inmediatamente, el agraviado, Pablo Cayo Mendoza, quien fue despedido por la municipalidad de Chorrillos en la que laboraba como barrendero, rompió su silencio para responderle al Premier.

"Soy el número uno de los pobres, que visiten mi casa no solo en la campaña, que se acuerden de los pobres. Al señor Primer Ministro y a los señores congresistas les pido que tengan un poco de piedad. Pido a ellos que se rectifiquen", afirmó.

Cayo Mendoza reiteró que no estaba ebrio, pero sí tenía aliento a alcohol, el cual fue sentido por su jefa cuando la saludó por el Día de la Madre.

El integrante del TC, Fernando Calle, consideró que con sus declaraciones el Premier tiene "un déficit de lectura" en el caso.