“Hemos vuelto a nacer”

"Al principio lo tomamos a broma, pero luego de ver el anochecer varios días seguidos empezamos a preocuparnos", narró José Anaya Madrid, de 16 años, tripulante de la embarcación. Por su poca experiencia, el muchacho vivió momentos de angustia y protagonizó algunas peleas con sus compañeros, producto de la desesperación.

"Nos entró miedo cuando el capataz Oswaldo Cóndor, quien siempre nos daba ánimos y esperanzas, dijo que la ración de agua iba a ser de un vaso al día y que empezáramos a rezar", señaló Christian Crispín Quineche (30).

Refirió que, hasta el último, ninguno quería rezar. "Pensábamos que al hablarle a Dios y ponerle velas, sería como el final y no queríamos morir", dijo Héctor Parihuamán (22), mientras lloraba en los brazos de su madre. "Hemos a vuelto a nacer, no hay otra explicación", añadió Juan Céspedes Chequía (21).

"El día que nos rescataron todos gritamos y lloramos como niños y dimos gracias a Dios por la nueva oportunidad de vivir", reveló Segundo Mendoza. Los náufragos no dudaron en afirmar que volverán al mar a pescar "porque ese es nuestro trabajo".