Renzo Costa, la empresa que empezó con una máquina de coser y ahora es un emporio del cuero

La empresa Renzo Costa se ha hecho demasiada conocido por sus diferentes productos de cuero no solo en nuestro país, sino también de manera internacional, sin embargo, antes de hacerse tan conocidos en esta industria tuvieron una historia de arduo trabajo.

Aunque no pareciera cierto, la historia de éxito de la empresa Renzo Costa comienza con tan solo un préstamo de 600 soles y una maquina de coser, llegaron a convertirse en lo que fueron ahora, hasta el punto de entrar al mercado italiano.

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Historia

La historia comienza en 1956 cuando Marina Bustamante, una adolescente de Barrios Altos y con tan solo 16 años y sus fanas de salir adelante, le pidió un préstamo de S/ 600 de la época para así poder comprarse una máquina de coser.

Ante ello, la joven empezó no solo a diseñar sino también a fabricar correas a base de cuero. Luego del éxito y tener sus primeras ganancias y asimismo, gracias al préstamos que pudo tener gracias a sus familiares y de otras personas Marina abrió su primer local en la cuadro 8 del conocido y transitado Jirón de la Unión.

Luego de varios años, Marina llegó a tener a su primer hijo, quien es Renzo Costa que debido a su nacimiento se decidió que la marca llevaría su mismo nombre. Ya para el año 1973 la empresa iba ampliando su catálogo a otros productos a base de cuero.

La tienda en esos años tuvo una gran acogida, sin embargo, tuvo un pare debido a los conflictos que se vivían en el país en los años 80 y por ello se tuvieron que mudar a Chile. En dicho país también otra tienda sin pensar que ahí llegarían a tener clientela.

Luego de que el terrorismo cese en nuestro país, Marina regresó a Perú y así llegó a seguir abriendo más tiendas en el interior del país, sin embargo, los problemas no acabarían ahí.

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En el año 1997 fue un momento crítico para la empresa, debido a que nuestro país estaba sufriendo el fenómeno de El Niño y por ello el país se encontraba desconectado y debido a la situación Marina pensó en vender la empresa, pero la empresaria recapacitó y contra todo pronostico siguió adelante.

 Marina se la ingenió para poder vender sus productos, hasta viajaba al interior del país para ir a hoteles y alquilar sus lobbies de los hoteles para así poder ofrecer sus productos a los turistas.

El trabajo no solo de Marina, sino también de su hijo rindió sus frutos debido a que actualmente tiene 65 tiendas en nuestro país. Asimismo, exportan sus productos de cuero a diferentes partes del mundo.

Su último logro luego de 50 años de arduo trabajo es poder haber adquirido una tienda en Italia, exactamente en la Galería Umberto 1 en Nápoles.