César Ccahuantico: “Cholo soy a mucha honra y con orgullo”

César Ccahuantico trabaja enseñando deporte a los niños en Suckuytambo, provincia de Espinar, a casi 5 mil metros de altura.

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Carlos Lara Porras

Lo encontramos a César Ccahuantico en la puna, a 4,800 metros de altura, en Suckuytambo, distrito de Espinar, a siete horas del centro del Cusco, enseñando la práctica del fútbol a los niños de dicha localidad que ven en el deporte una manera de ser feliz en medio de las limitaciones.

—¿Cómo te animaste a trabajar en Suckuytambo?

−Hace un par de años estoy metido en proyectos deportivos con las municipalidades, y se dio la oportunidad de trabajar en Suckuytambo. Acá es la otra cara de la moneda, diferente a Lima, donde hay mejor infraestructura. En estas zonas nunca se trabajó profesionalmente con el deporte.

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—¿A casi 5 mil metros sientes la pegada?

−Hay que ser bien macho para trabajar acá. En las noches hace mucho frío y siento la pegada.

—¿Qué cosa curiosa te pasó? 

−Cuando recién vine, dormía en el albergue, pero solo aguanté dos noches porque penaban. Sentía que me presionaban el pecho y había ruido. Lo que pasa es que hace tiempo ahí velaban a los difuntos.

—¿Te molesta que te digan Cholo?

−No, me siento orgulloso de ser cholo y feliz de mis antepasados incas. Cholo soy a mucha honra y con orgullo.

APUNTA AL CONGRESO

—¿Has pensado crear tu ONG? 

−Sí, es un proyecto que tengo en mente para ayudar a la gente sufrida y más necesitada de los lugares más recónditos del Cusco. 

—¿Has pensado en la política?

−Me han propuesto formar parte de algunos partidos como regidor para las elecciones municipales. También me han sugerido postular al Congreso, pero tengo que prepararme. Si soy congresista trabajaré por el deporte del Cusco. 

—¿Cómo incursionaste en la faceta de periodista deportivo?

−Me faltan dos semestres para culminar la carrera de Ciencias de la Comunicación y agradezco la oportunidad que me dio Best Cable. Haber jugado al fútbol da un plus en las cuestiones tácticas y técnicas. Uno tiene que ser objetivo e imparcial.

ESCRIBIRÁ SU LIBRO

—¿Piensas escribir un libro?

−Sí, y contar cómo llegue al fútbol, mi paso por Cienciano, la selección. También contaré la etapa que viví en la cárcel.

—¿Qué tan duro fue estar privado de la libertad?

−Mi caso se manejó mal en el Poder Judicial. No tuve nada que ver en el robo a Cienciano. Me sindicaron como cómplice primario de una banda y cuando llegó la sentencia fui el único al que mandaron a la cárcel porque el resto desapareció. 

—Una anécdota de tu etapa por la selección...

−La primera vez que me convocó Autuori, también llamó a Jefferson Farfán. Un día, en el parqueo, nos quedamos mirando el carro de Claudio Pizarro y me dijo: “¿Algún día tendremos ese carro?”. Yo le dije, “Claro, jugando bien te puedes comprar ese carro y muchos más”. 

—¿Es cierto que estuviste a punto de jugar por Universitario?

−Sí. Cuando Ternero me separa de Cienciano, tenía todo arreglado para jugar por la ‘U’. Pero vino a buscarme el Cacho Malbernat para jugar por San Martín. Me ofrecieron más que la ‘U’. Luego me enteré de que Juvenal chapó su tajada por el préstamo.

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—¿Juvenal te quedó debiendo?

−Como 50 mil dólares por premios de Copa Libertadores. Mis acuerdos con Cienciano eran verbales porque confiaba en la palabra de Juvenal, no firmaba documentos.  

A esa plata ya le eché tierra. 

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