Luis Bello, ex Sullana, pasó un tiempo dentro del socavón en Arequipa: De goleador a trabajador en minas

 Luis Bello dice que es un trabajo duro, pero él le puso muchas ganas y esfuerzo. Recuerda que sus compañeros en Alianza Atlético le hacían bromas por su apellido.

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Luis Bello Cienfuegos  trabajó desde niño en la chacra de su padre
Luis Bello Cienfuegos trabajó desde niño en la chacra de su padre

Luis Liberto Bello Cienfuegos (49), ex jugador de Alianza Atlético, Melgar e IMI, y goleador por excelencia, recuerda que trabajó desde niño en la chacra de su padre, por eso no le choca hacerlo hoy en las minas de Arequipa, donde hay días que se pasa hasta 12 horas al fondo del socavón.

—¿De dónde eres?

—Nací en Querecotillo, en Sullana, y estudié en los colegios 14860 y José María Raygada. Me gustaba la matemática y era un alumno regular.

—¿Cómo te iniciaste en el fútbol?

—A los 14 años, jugué en Primera en el equipo de mi Colegio José María Raygada. Siguió Defensor Barrio Sur y luego me fui a Sullana, actuando por Defensor Bellavista y Marianitos.

—¿Llegaste a estar en Alianza Atlético?

—El profesor Vallejos me lleva a Alianza Atlético, que contrata luego a Ramón Quiroga, quien nos hace pasar una prueba y fui elegido. Participé en la pretemporada en Colán y Querecotillo. Estuve en el equipo desde los 17 hasta los 21 años.

—¿Qué sigue después?

—Me contrató el IMI de Talara en la Copa Perú y subí, pero bajamos al año siguiente. Un amigo, Pedro Sanjinez, me dice que Melgar pregunta por mí, la situación no era buena y regreso al Alianza Atlético, luego siguen Unión Huaral, Coopsol, campeonamos en Segunda, pero le vende la categoría a Universidad San Martín; Sport Ancash (campeonamos también), Sport Rosario y Torino.

—¿Cómo se dio tu retiro?

—Tenía 37 años estando en Torino, que me ofreció renovar, pero no acepté porque no cumplían en los pagos y tenía deudas con la Agremiación. Hablé con mi familia y di por terminada mi carrera.

—Tu tono de voz tiene mucha nostalgia cuando hablas del fútbol.

—Es que, gracias a Dios, me dediqué al fútbol y pude sacar adelante a mi familia, que la pasó mal económicamente.

—¿Cuál es el gol que más recuerdas?

—Uno que anoté con el Imi al Municipal, en el Campeonísimo de Talara. Me llevé a cuatro rivales y vencí a Domínguez. Hasta ahora los hinchas comentan ese gol.

Técnico y el socavón

—¿Qué hiciste después del retiro?

—Trabajo en menores en la parte formativa en Talara, buscando talentos y dirigiendo también equipos de Primera División. Saqué la licencia C. He estado en la Copa Federación con la sub-15 y sub-17 y justamente habíamos sido campeones provinciales y nos preparamos para las departamentales.

—¿Cómo se inicia tu historia en el trabajo de minas?

—Tengo un hermano que radica en Arequipa, que quería jugar en Melgar, pero no le fue bien. Comenzó a trabajar en una mina y me llevó. Estuve como año y medio.

—¿Te acoplaste al trabajo?

—Es fuerte, pero no me chocó, porque mi padre, desde chicos, nos hizo trabajar en su chacra. Si regresé fue porque extrañaba mucho a mi hija y no por flojo, pues desde niño trabajé vendiendo dulces y bodoques (marcianos). Mi esposa no pudo acompañarme porque cuidaba a su padre, que es viudo.

—¿Cuál era tu horario en la mina?

—Trabajaba 12 horas, de 7.00 de la mañana a 7.00 de la noche.

—¿En qué consistía tu trabajo?

—Tú sabes que el crudo de cobre se lleva en cajas transportando de un lugar a otro. Y cuando paraban, nos llamaban para hacer limpieza, sacar el barro de los frenos y que corriera bien. Recordé mi tiempo en la chacra y agarraba sin dificultad el pico y la palana. También cuando limpiábamos tiraba agua al cobre. Ahora mi hermano trabaja directo con la mina, con grandes beneficios.

Fastidiado por apellido

—En época escolar y de jugador seguro que te hacían bromas por tu apellido Bello.

—Sí. Me decían que pensaban que era mi nombre, y yo lo tomaba en buena onda. Tenía buena correa cuando era jugador.

—¿Seguro que no te molestaba?

—Sí. Me ponían al centro y me decían: “¿Bello tú? Si eres feo...”.

—¿En verdad no te fastidiaba?

—Dios me hizo así y soy feliz, con mi esposa e hijos. Tengo tres: Luis (24), Edson Aymar (22) y Nicole (8). Una bebita murió en Huaraz, cuando tenía seis meses.

—¿Pensaste en algún momento hacerte cirugía?

—Yo tenía plata para hacerme una operación, pero estoy contento con lo que Dios me dio.

SOBRE EL AUTOR:

Periodista de Universidad Inca Garcilaso de la Vega. Vivo con el deporte y me gusta la música.

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