Gordo Casaretto pide a Miguel Barraza que lo visite

“¿Miguelito ha venido a verme?”, es la pregunta que le hace a diario el Gordo Casaretto a su esposa, luego de que le amputaran la pierna derecha a causa de la diabetes.

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El gordo Casaretto junto a su esposa Patricia.
El gordo Casaretto junto a su esposa Patricia.

“¿Miguelito ha venido a verme?”, es la pregunta que le hace a diario el Gordo Casaretto a su esposa, luego de que le amputaran la pierna derecha a causa de la diabetes.

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Es que pese a los momentos más difíciles que atraviesa el popular “Pirula”, a muchos les sorprende que su amigo y cómplice de tantas tardes de humor, Miguel Barraza, no esté a su lado. Así lo aseguró la esposa del comediante, Patricia Tragodara, en una clínica de San Borja.

Mi esposo me pregunta por Miguel y otros amigos, pero más por él. Yo le digo que sí vino a verlo o lo llamó por teléfono pero estaba dormido. No sabe que ni siquiera llama para saber de su salud”, comentó la pareja del robusto humorista.

Ella hizo un pedido a sus amigos, en especial al Chato, para que vayan a verlo, pues su esposo necesita el apoyo moral de todos sus familiares y compañeros.

“Yo no quiero que traigan nada, quiero que vengan a verlo. Necesita que lo hagan reír, así olvida sus problemas aunque sea por un momento, no quiero que se deprima. A veces pienso que es en vano tanto tiempo dedicado al arte. No olviden a mi gordo”, añadió.

CHATO IRÁ A VERLO

Nos comunicamos con Miguel Barraza, que ayer ofreció un show en Trujillo, y prometió ir a ver a su compadre a su regreso a Lima.

“Estoy en un show, no puedo hablar mucho. Solo quiero decirte algo: quiero mucho a mi gordo, es como mi hermano, es mi amigo del alma y claro que iré a verlo”, manifestó el artista. 

NO PIERDE EL HUMOR

A pesar de la adversidad, Casaretto no pierde el humor, a sabiendas que le amputarían la pierna. Bromeó con la madre de sus hijos antes de pasar por el quirófano.

“Yo tomé la desición que le corten la pierna porque se le había infectado, el jueves dos horas antes le hice conocer que le iban a operar. Y me dijo: si es por mi salud que lo hagan, pero luego me compras una prótesis”, refirió.

Tras la intervención quirúrgica, la herida cicatrizará en una semana y será necesario un tratamiento psicológico para asimilar la pérdida de una de sus extremidades.

Necesita ayuda psicológica, una silla de ruedas, prótesis y una enfermera que lo ayude cuando me vaya a trabajar al restaurante. Mi gordito solo me tiene a mí, trato de ser fuerte por él, jamás lo abandonaré”, sentenció.

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