Mónica Cabrejos: Cuando las mujeres hablan de otras mujeres

Mónica Cabrejos escribe sobre las mujeres que critican a otras mujeres. Asegura que el verdadero enemigo de una mujer tiene que ver con la desiguladad, la falta de oportunidades y el machismo.

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Lo que ocurre cuando las mujeres hablan de otras mujeres
Lo que ocurre cuando las mujeres hablan de otras mujeres

Muchas mujeres encuentran en sus pares de género oponentes sociales más agresivos y difíciles de lidiar que en los hombres. Son inquietantes las razones por las que una mujer crítica y juzga cruelmente a otra; quienes en teoría deberían ser aliadas y no contrincantes.

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No existe una conversación entre mujeres -en cualquier ámbito social, recreativo o profesional- en la que no falte algún comentario malintencionado en contra de otra mujer.  

Muchas mujeres creen que atacando el honor de otra se logra desmerecer cualquier cualidad, mérito o gracia. Muchos aseguran que esa ferocidad asolapada es la mera competitividad de género y la mejor manera de ganar la competencia es atacando su reputación. Los comentarios suelen ser desalmados, implacables y maliciosos, dentro de una corte femenina se destila tanto veneno como lo hace una víbora antes de morder. A este tipo de mujeres que les encanta juzgar la vida de otras, jamás están contentas con el accionar individual de su víctima. Nunca estarán a gusto con las decisiones, conductas o pensamientos de aquella mujer que las irrita.

Lo único cierto es que a este tipo de mujeres jamás les satisface ninguna conducta del blanco de sus ataques, siempre tendrán alguna razón para criticarla, juzgarla, lapidarla y humillarla. 

Al sentirse amenazadas por aquellas mujeres que poseen una actitud diferenciada hacen que ellas se cuestionen sobre su feminidad, inteligencia y autonomía. Ante la falta de confianza no encuentran mejor manera de defenderse que vejando, humillando y ridiculizando a otras mujeres, sin darse cuenta que destruyen su propia esencia. Aquello que despierta la envidia malsana es un mecanismo de defensa frente a las diferencias de expectativas y estilos de vida; pero son solo eso: diferencias y no competencia.

Si las mujeres luchamos por igualdad, por oportunidades y contra el machismo, debemos evaluar la actitud que tenemos sobre nosotras mismas, sobre nuestro género y nuestra perspectiva social. El verdadero enemigo de una mujer es la discriminación, la violencia y la falta de oportunidades.

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