¿Por qué explotamos de cólera? Aprende a sacar tu ira sin dañarte

Rosario Espinoza B. 

Muchas veces nos sentimos irascibles ante situaciones adversas que se presentan en la vida que incluso nos hacen explotar de rabia. 

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La psicóloga de EsSalud Rina Tipacti afirma que sentir ira no es malo ni bueno, solo emerge según el grado de displacer (no placer) que sentimos. 

“Tu ira es tu mejor maestro  y esto también puede pasar por la activación de un engrama, es decir, una memoria de una experiencia pasada que está grabada en la persona y que se activa con cosas mínimas que se las recuerdan, por eso la persona no tiene ira por el presente sino por el pasado no resuelto. La ira es como si fuera tu espejo”, aseguró Tipacti, quien tiene maestría en Psicología Clínica y de la Salud.

Si no tenemos una respuesta adecuada ante la ira en ese momento entonces nos desbordaremos, por eso antes de que impactemos en la gente que nos rodea, es mejor desfogarnos y hacerlo a tiempo.

Cuando hay un nivel de ira intenso y tenemos una explosión por alguna situación es porque no hemos sabido contener la ira desde un primer momento. Es decir, se acumuló tanta cólera que a la mínina situación de dificultad se termina por explotar. 

“Como jerarquizamos nuestros valores, reaccionaremos. Por ejemplo, ese dicho ‘no importa que robe pero que haga obra’ a muchos no les molestará, pero a otros le causará mucha ira”, agregó. 

TU IRA AFECTA EL CUERPO Y LA MENTE

Tu ira afecta tanto a tu entorno como a tu cuerpo, pues se activa la ansiedad o el miedo. Algunos de nuestros sistemas comoel sistema nervioso y órganos se verán afectados, ello generará dilatación de los vasos sanguíneos y el hígado, que trabaja con las toxinas y recibirá la información del daño o injusticia. Si esa ira es de corta duración se soluciona rápido y los órganos involucrados funcionarán normalmente. Pero si el estrés debido a la ira contenida o mal expresada se mantiene, empezaremos a enfermar, ya sea con una contractura muscular, una hipertensión arterial, inflamación gástrica, patología hepática, colesterol, etc.

LÍBERATE A TIEMPO

Si te conoces y sabes que expresas tu ira adecuadamente entonces habla de tu enojo con quien te lo causó, pero si sabes que tu ira daña al que te escucha, entonces libéralo de modo simbólico.

Por ejemplo, escríbele una carta con toda tu ira y ni bien la acabes de escribir, quémala o rómpela. También puedes ir al gimnasio y pégale al saco de arena pensando en la persona o situación que te causó el enojo, o ve al estadio y grita tu molestia a los cuatro vientos usando de excusa el partido o el contrincante. Estas actividades las realizas con el conocimiento de que te liberarás de ese estado de displacer.

El cuerpo te va a dar señales, hazle caso al cuerpo, si estás enojado sonreír no será la solución. En ese momento, busca tu propio espacio para liberarte, coge un pañuelo o toalla y bota todo, libera hasta lo último.

Con eso sentirás una relajación tan intensa, aun cuando el malestar pueda seguir, no responderás de una manera inadecuada.