Salud: signos de bulimia en un adolescente

Este trastorno se presenta con mayor frecuencia entre las mujeres jóvenes.

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Todo lo que necesitas saber sobre la bulimia en esta nota
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La bulimia es un trastorno alimenticio. Es la ingesta de alimento para luego botarlo mediante un laxante o por medio del vómito, explica Carmen Bravo de Rueda, psicóloga de la Clínica Ricardo Palma.

SIGNOS A RECONOCER

Los padres pueden detectar algunos signos de este trastorno en sus hijos como el cambio de pensamiento. Ellos empiezan a decir “no tengo hambre”, “he subido 200 gramos, no lo voy a poder soportar”, “prefiero no comer nada porque sino me voy a descontrolar”.

Se trata de algunas distorsiones de pensamiento que suelen aflorar en un adolescente.

El sujeto más vulnerable a padecer ese trastorno son las mujeres adolescentes y jóvenes. En algunas ocasiones se les asocia como causa a algunos deportes como el ballet o el atletismo, que exigen determinado cuerpo, comenta.

Por ejemplo, uno de los riesgo es que hermanas o hijos de pacientes con trastornos alimenticios tengan también un trastorno parecido. Si es que la adolescente es depresiva o muy ansiosa también puede caer en este estado.

TOMA NOTA

Luego de ingerir los alimentos, quienes padecen este trastorno, se sienten obligados a vomitarlo.

LOS PADRES PUEDEN DETECTARLO Y PREVENIRLO

El apoyo familiar es muy importante para prevenir, detectar y revertir este trastorno alimenticio.

Los padres pueden detectar en sus hijos ciertos signos como las alteraciones de imagen (creen estar gordas cuando no lo están), niegan constantemente su delgadez, existe presencia de vómitos, tienen caprichos para comer por lo que las horas de la comida se tornan problemáticas.

Pero sobre todo, la enfermedad influye negativamente en las relaciones sociales, y de esto los padres deben estar atentos. Los adolescentes evitan las salidas de familia y amigos que involucran comer.

Si detecta estos signos debe acudir a un psicólogo, mientras sea antes, mejor.

¿CÓMO SE TRATA EL TRASTRONO?

El paciente debe aceptar que tiene un trastorno alimenticio. “En muchos casos el paciente se niega a aceptar que tiene bulimia y se rehúsa a llevar un tratamiento”, explica Carmen. El psicólogo buscará eliminar el pensamiento “Me veo gorda” y hará que la paciente reconozca su enfermedad. Posterior a ello, el trabajo es interdisciplinario ya que se involucra al nutricionista, psiquiatra, gastroenterólogo y dentista. La persona con bulimia tiene depresión y baja autoestima, se le desgasta la dentina de los dientes por los vómitos, daño en la garganta, problemas de gastritis, incluso anemia. Los padres también deben apoyar.

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