Carlos González: Lo habrían asesinado

Denunciar amenazas y extorsión le habría costado la vida a Carlos González Henríquez (69), padre de Rodrigo González “Peluchín”.

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Carlos González: Lo habrían asesinado.
Carlos González: Lo habrían asesinado.

Denunciar amenazas y extorsión le habría costado la vida a Carlos González Henríquez (69), padre de Rodrigo González “Peluchín”.

Ayer fue hallado muerto y el fiscal de la Nación, José Peláez, informó que un químico que podría ser veneno fue encontrado en el cuerpo del empresario.

“Ha habido una devolución de alimentos (vómito) y allí es donde se ha podido identificar un posible elemento químico que nos podría llevar a la presunción de que ha habido un envenenamiento. Esto podría haber sido progresivo”, declaró.

No fue infarto

Señaló que el Ministerio Público inició una investigación por el deceso del padre de “Peluchín”. Indicó que un grupo de fiscales de Tarapoto viajará por orden del fiscal superior de San Martín, a la provincia de El Sauce, donde residía la víctima, pues su “muerte no habría sido por causas naturales”.

El empresario y dueño del hotel Puerto Palmeras  y otros hoteles fue hallado sin vida a las 11:00 am. En un primer momento se dijo que su deceso fue por un paro cardíaco.

Se descarta cualquier posibilidad de un infarto porque se había hecho un chequeo médico y todo salió normal. Por el momento no se descarta la tesis del homicidio en el caso del señor Carlos González”, añadió Peláez.

El fiscal aseguró que hoy  se conocerán los resultados de la autopsia de González, cuyo cuerpo se encuentra en la morgue del Hospital de EsSalud del distrito de La Banda de Shilcayo en la ciudad de Tarapoto (San Martín).

Denunció extorsiones

Carlos González fundó hace 25 años Puerto Palmeras Resort, un paraíso en Tarapoto donde llegaban conocidas figuras de la farándula, turistas nacionales e internacionales.

Su buen ojo para los negocios llamó la atención de los delincuentes, que le pedían el pago de cupos para dejarlo trabajar tranquilo.

No hay que llenar cárceles, sino cementerios con delincuentes. No tenemos miedo, vamos a pelear hasta el final. Quienes deben cuidarse son ellos, no nosotros”, comentó a inicios de julio cansado de ser extorsionado por delincuentes a quienes enfrentó sin temor. Los trabajadores del Cacique, como lo llamaban en Tarapoto, habían sufrido una emboscada a inicios de año. Le pedían cupos para dejarlo trabajar.

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