Alejandra Baigorria: “Guty me hizo sentir lo peor”

Sacó audios completos de humillaciones y maltratos del Potro. Carrera era un enfermo de celos. Alejandra Baigorria intentó terminar más de diez veces pero él le lloraba.

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Su amor fue un tormento. Con lágrimas en los ojos, Alejandra Baigorria contó en el sillón rojo todos los maltratos y agresiones que recibió de Guty Carrera.

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Recordó aquel momento en que su ex pareja la empujó brutalmente contra el clóset.

“El empujón llegó por una pelea. Él estaba eufórico, molesto, endemoniado porque una hora no le había contestado el teléfono. Eran las 8:00 de la noche. Tenía el teléfono en vibrador y yo estaba molesta con él. Luego se enfureció mucho como si yo hubiera cometido un delito”, relató.

“Me quedé callada ante sus reclamos, me acerco a cogerlo para calmarlo y él me dice: ‘no me toques’. Ahí es cuando me empuja de un lado al otro (de la cama). Terminé donde estaba el clóset”, agregó.

AUDIOS LO HUNDEN

Sin embargo, los audios que sacó Alejandra fueron demoledores con el Potro, porque lo pintaron como un enfermo de celos y salvaje. Se escucha que la trata como cualquier cosa.

G: Soy un h… por haberme metido contigo, porque me cag…, hiciste lo que quisiste y ya estás feliz. (…) Todo se fue a la m…, me cag… Que m... de decepción contigo.

A: Sí estoy sufriendo, pero si yo no hice nada.

G: Eres la persona más astuta que he conocido. Todas las mujeres son iguales. ¿Estás feliz y contenta?

A: Qué voy a estar feliz si estoy que lloro a cada rato.

Ale comentó que Guty siempre la culpaba de todo. “Me dejé manipular, fui tonta”, comentó. También habló cómo el Potro rompió su celular en el cuarto hasta que se cortó las manos.

“Lo partió hasta dejarlo trizas. Se agredió a sí mismo. Odio recordar esos momentos. Fue un día de terror”, afirmó.

Enfermo de celos

Carrera no soportaba que Ale se ponga ropa ceñida, no deseaba que nadie la mire. “Tenía un trauma con las cosas pegadas. Odiaba que me miraran el derriere. Me decía: ‘no puedo caminar así a tu costado’”, declaró.

Dice que él tampoco quería que participe en reuniones con chicos reality. Así lo deja en evidencia en otro audio.

G: Por qué tienes que relacionarte con esa gente. Si quieres te hago una transferencia para que te comas la mejor carne del país sin esos h...

A: Por qué, si yo quiero sociabilizar.

G: Para qué quieres sociabilizar con esos chicos de m... Después de ese abrazo ni siquiera te diste tu lugar.

Vivió en pánico 

Ale dijo que sintió mucha humillación y por eso se alejó de sus amigos del reality.

“El maltrato psicológico hace daño interno, yo sufrí ataques de pánico”, refirió.

Señaló que el Potro a veces no la dejaba dormir.

“Quería pelear y yo tenía que irme a Espectáculos temprano. Si me quedaba dormida, me despertaba y me zamaqueaba. Me decía: ‘más importante es el programa que yo’”,  expresó la rubia, que se quebró en varios momentos del programa.

siempre Pedía perdón

Baigorria aseguró que no denunció la agresión porque él trataba de pedirle perdón.

“Él me lloraba y me pedía disculpas, se arrodillaba, me prometía muchas cosas, me decía que iba a cambiar, que iba a luchar por la relación, e inclusive me dijo que a iba pedir ayuda profesional para que esto pueda funcionar, porque me amaba y que no me quería perder”, manifestó.

En el sillón rojo confesó que intentó terminar con él más de diez veces.

“Llegué a bajar mi autoestima. Creí en sus promesas y lágrimas. Pero creo que lo mejor es cortarlo de raíz”, indicó.

La tilda de cualquiera

En otro audio difundido en El valor de la verdad la trata como una cualquiera.

G. Lo que conozco es una dama que se respeta, que sabe lo que quiere, no una h... que se anda metiendo con h...

A: Yo no voy a permitir que me hables así porque no me he metido con nadie, siempre te he respetado. Soy una dama y muchos quisieran tener una enamorada como yo.

Baigorria reiteró ante Beto que no es una persona que se mete con uno y otro.

“Me tiró al suelo. Me hizo sentir cualquier cosa. Yo que le di de comer cuando estuvo mal del brazo. Me despertaba en las madrugadas para darle sus pastillas. Nunca le di un motivo para que me tratara así. Nunca salí a un bar sola ni los dos juntos. No entendí qué podía pasar por su cabeza para que pensara que yo era una cualquiera”, finalizó entre llanto

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