Marco Arenas y Fernanda Lora son condenados a 20 años de prisión

El colegiado B de la Cuarta Sala Penal para reos en cárcel condenó a 20 años de prisión a Marco Arenas Castillo y Fernanda Lora Paz por asesinar a la empresaria panadera María Castillo Gonzales, en su vivienda de La Molina, el 5 de noviembre del 2013.

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Audiencia se realizó en penal de Lurigancho, donde procesados fueron ubicados muy cerca, aunque Fernanda corrió su silla para alejarse.
Audiencia se realizó en penal de Lurigancho, donde procesados fueron ubicados muy cerca, aunque Fernanda corrió su silla para alejarse.

El colegiado B de la Cuarta Sala Penal para reos en cárcel condenó a 20 años de prisión a Marco Arenas Castillo y Fernanda Lora Paz por asesinar a la empresaria panadera María Castillo Gonzales, en su vivienda de La Molina, el 5 de noviembre del 2013.

Le impuso además el pago de 200 mil soles de reparación civil a favor de los herederos de la agraviada. Ambos sentenciados cumplirán su condena el 12 de noviembre del 2033.

Libres de parricidio 

El Tribunal lo halló responsable del delito de homicidio simple y los absolvió de parricidio, cuya pena que solicitaba la Fiscalía era de 35 años. 

Esta decisión fue adoptada al comprobarse científicamente por el ADN que Arenas Castillo no es hijo biológico de la agraviada y, por ende, no podría ser objeto de una sentencia por parricidio. 

SALDRÍAN EN SIETE AÑOS

En consecuencia, Fernanda tampoco puede ser cómplice primario del mismo delito. Por lo tanto, ambos procesados tendrán beneficios penitenciarios y podrán salir en libertad en siete años, al cumplir el tercio de su condena. 

Sí hubo pruebas

Durante el juicio, se llegó a determinar que los procesados planificaron, ejecutaron, borraron huellas y ocultaron el asesinato de María Castillo para beneficiarse y disfrutar del dinero de la empresaria.

Quedó probado que Marco Arenas, luego de discutir con su madre adoptiva por la desaparición de unas joyas, acudió a la universidad de Fernanda y le solicitó su colaboración para el crimen.

Luego llegaron a su vivienda de La Molina, donde Marco asfixió a la víctima. Mandaron a comprar a la empleada para poder sacar el cuerpo en su camioneta y llevarlo hasta Manchay, donde la quemaron estando aún viva, según demostraron las pericias.

Además, se demostró que  existían mensajes en el celular que mandaba Fernanda a Marco sobre las fases de una crimen. Se comprobó que agarraron más de 17 mil dólares para viajar a Chile.

Lloraron por condena

Durante la lectura de sentencia, Marco lloraba al recordar cómo mató a su madre adoptiva pero dijo estar conforme con la sentencia. 

Mientras Fernanda, quien también se quebró al escuchar el fallo, dijo que pedirá la nulidad. “Yo no fui cómplice de ningún crimen”, exclamó. 

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