Se va, se va y se fue: Wilmar Valencia le dijo adiós a Alianza Lima

Se acabó. Como esos amores que empiezan prometiéndose uno al otro “el cielo”, que “jamás dejaré que te vayas” y que “yo quiero estar contigo hasta la muerte”, así fue la llegada de Wilmar Valencia a Alianza Lima a fines del año pasado.

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Salida de Bam Bam seguirá dando que hablar.
Salida de Bam Bam seguirá dando que hablar.

Armando Arango

Se acabó. Como esos amores que empiezan prometiéndose uno al otro “el cielo”,  que “jamás dejaré que te vayas” y que “yo quiero estar contigo hasta la muerte”, así fue la llegada de Wilmar Valencia a Alianza Lima a fines del año pasado.  

Todo era bonito, se respiraba amor, paz, tranquilidad y mucha ilsuión. 

El DT venía de dirigir Sport Huancayo y, como hace unos años, Alianza Lima, el equipo de sus amores desde su época que se vestía de corto, volvió a tocar la puerta de “Bam Bam” y le ofreció el equipo ante la salida de José Soto.   

Hoy ya no es más técnico del equipo grone. Como se dice,  se acabó. 289 días después de asumir el cargo, Wilmar Valencia renunció ayer a la dirección técnica de Alianza Lima, sin lograr unificar sus conceptos con los jugadores y menos con la Administración Temporal, con cuyos integrantes tuvo varios cortocircuitos hasta hacer estallar la central y apagar las luces, como cuando termina la función.  

Valencia fue presentado el 14 de diciembre último en una concurrida como pomposa conferencia de prensa. Se habló de sus objetivos, de su compromiso, sus recuerdos con el club y hasta de buscar consolidar a los jugadores jóvenes del equipo para ponerlos en vitrina y venderlos al extranjero para que la institución recaude dinero para equilibrar su economía. 

Nos hemos trazado hacer una campaña importante. La idea es seguir confiando en los chicos, en sus capacidades”, dijo en sus primeras declaraciones.

La propuesta, sin embargo,  se quebró al poco tiempo por varios factores.

PARTIDO EN DOS 

“Bam Bam” nunca pudo mantener la unidad del plantel de jugadores, se escuchó repetidas veces en la Administración. Es más, conforme pasaban los días el equipo empezó a dividirse. 

Por un lado estaban los jugadores experimentados y por el otro los nuevos y los jóvenes llegados de la cantera. 

Los de mayor experiencia concordaban con el estilo serio y estricto del entrenador y su comando técnico; mientras que los jóvenes eran más reacios a esa política de trabajo y lo miraban de reojo. 

Incluso, el propio Yordy Reyna, cuando aún pasaba sus días en Matute con la blanquiazul, se asegura que  le comentaba a la administradora Susana Cuba su incomodidad por el trato que el DT  y su asistente Jorge Cordero les daban a los “muchachos”. 

Al mismo tiempo, Valencia siempre tuvo roces con Cuba por diferentes motivos, empezando porque ella no cumplió su palabra de reforzar el plantel tras la venta de algunos elementos jóvenes a Europa.  

A tanto llegó el “divorcio”, que, hasta el domingo,  Alianza casi nunca tuvo la compañía de los directivos en los partidos que jugaban fuera de casa y así se sienta el respaldo de la directiva al plantel.  

Finalizada la primera parte del torneo, la Administración Temporal sostuvo una reunión con Wilmar y el plantel de jugadores para limar asperezas y luchar juntos para lograr el título nacional.

La cosa mejoró solo un par de fechas.

ARDE ALIANZA 

Pero la gota que rebalsó el vaso surgió antes del partido ante Cristal. El defensa Carlos Beltrán se perfilaba como titular, pero a última hora, Valencia no lo tomó en cuenta, al punto que Beltrán confrontó al técnico delante de sus compañeros que tuvieron que tranquilizarlo para que la sangre no llegara al río.

EL DÍA FINAL

El caos en Alianza entonces era un secreto a voces. Por eso no extrañó que antes del partido con Sport Huancayo, se comenzara a hablar de la salida del DT. Y así fue.  Ayer, Valencia se reunió con Susana Cuba, quien le reclamó por su mala relación con el plantel y el DT le respondió presentando su renuncia irrevocable, que nadie intentó siquiera evitar “por el qué dirán”.  

SUS NÚMEROS 

Tras diez meses de trabajo, las estadísticas de Valencia en Alianza no son como para sacar pecho o sacarse el sombrero.  “Bam Bam” dirigió 35 partidos oficiales y sumó 15 victorias, 12 derrotas y 8 empates. Su equipo hizo 42 goles y recibió 37. 

De 17 partidos en casa,  sumó 11 triunfos, perdió 4 y empató dos. Pero la gran deuda estuvo fuera de casa. De los 18 partidos que hizo de visitante, solo ganó en 4, empató en 6 y perdió en 8. 

Hoy, Wilmar Valencia ya es pasado en Alianza Lima.  El sueño de alcanzar con él el título nacional quedará en sueño precisamente. Ni él ni nadie que sienta los colores blanco y azul hubiera querido que esta historia termine en pesadilla, sobre todo que cuando arrancó, el técnico, los jugadores y la directiva se prometían amor por el equipo y luchar con todas las fuerzas para alcanzar el cielo juntos como hermanos.      

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