Cuando Lolo Fernández le hizo cinco goles a Racing en la víspera de Navidad

Una tarde del 24 de diciembre de 1944, a pocas horas de la Navidad, el gran Teodoro Fernández, o simplemente Lolo, se disfrazó de Papá Noel y regaló a los hinchas cinco goles en el triunfo que logró Universitario sobre Racing Club (5-3) en el viejo Estadio Nacional.

Resulta raro por estos días un partido internacional de tal magnitud en vísperas de Navidad, pero aquella vez la Academia hizo una gira por Perú en la que jugó ante Universitario, Alianza Lima y Deportivo Municipal.

Eran otras épocas, mientras en Lima se vivía un ambiente festivo por la llegada de la Navidad, al otro lado del mundo en Europa se desarrollaba la Segunda Guerra Mundial. Las agencias internacionales informaban que el general George Patton y los aliados pudieron vulnerar la resistencia del ejército alemán en Luxemburgo y que la contraofensiva germana estaba condenada al fracaso. Igualmente, el presidente de Estados Unidos, Franklin Roosevelt, en su mensaje por Navidad pidió que la paz llegue antes de la próxima Navidad. No se equivocaría, pues en menos de un aló, la conflagración llegaría a su fin con el triunfo de los aliados.

A RITMO DE VILLANCICOS

Volviendo al partido, Racing jugó un primer partido contra Universitario el 8 de diciembre. La Academia ganaba 2-0, pero en el segundo tiempo ingresó Lolo, quien se recuperaba de una lesión, y marcó un doblete para sellar el empate.

Días después, se acordó jugar el desempate desde las 4.00 p.m el 24 de diciembre en el antiguo Estadio Nacional, que se llenó.

A los ocho minutos, tras asistencia de Baldovino, Lolo inauguraba el marcador para los cremas. Racing reaccionó y Seud (27’) igualó las cifras. Pero antes del descanso, el Cañonero siguió con su hambre de gol y marcaría a los 37’ y 42’, mediante un taco y un cabezazo.

En el complemento, tras un centro de Hurtado, Lolo, de un certero cabezazo, ponía el 4-1. El estadio era una fiesta y parecía liquidado el cotejo. Pero Racing reaccionó y Yussolino y Seud aminoraron la cuenta y parecía que empataban.

Pero para poner fin a la angustia, Lolo cerraría su gran tarde a los 87 minutos, tras la asistencia de su hermano Eduardo, llamado Lolín.

Al final del partido, Salomón, defensor de Racing, se acercó al artillero crema y le extendió la mano en señal de admiración.

El diario La Prensa elogió la actuación del Cañonero. “Lolo tuvo una gran actuación magnífica y pese a que lo cuidaron mucho, resultó una pesadilla para los defensores argentinos. Marcó cinco goles, tres de ellos de gran factura”.

EL PARTIDO DE SU VIDA

Años después, Lolo contó que ese cotejo ante Racing fue el mejor de su vida. Esa confesión se la hizo a Toto Terry, quien presenció ese encuentro y años después  sería su compañero en Universitario. Eso  está consignado en el libro Toto Terry, un crack que hizo historia, escrito por el periodista Javier Rojas Schereiber.

En las páginas del libro la Saeta Rubia cuenta la confesión que le hizo Lolo. “Cuando llegué a ser jugador de la ‘U’, me gustaba conversar mucho con Lolo. Una vez le pregunté si el mejor partido de su vida lo había jugado contra Finlandia o Austria en los Juegos Olímpicos de Berlín. El Cañonero movió la cabeza negativamente y me dijo: “No Gringo… el mejor partido de mi vida lo jugué contra Racing, esa tarde marqué cinco goles. Imagínate, hice uno de taquito y otro de palomita… algo que era raro por mi estilo de juego”.

Ese era el gran Lolo Fernández cuando se disfrazó de Papá Noel para hacer honor a su apelativo de Cañonero y regalar cinco goles en lo que considera el mejor partido de su vida.