La diferencia entre un hijo inquieto e hiperactivo

 Es muy común escuchar  que se califique a un niño inquieto como “hiperactivo”, aunque esto no sea así.

Para analizar si efectivamente el menor tiene un trastorno de déficit de atención con hiperactividad, los padres deben acudir a un psicólogo, un psiquiatra y un neurólogo, que saben diagnosticar este tipo de casos.

Los padres deben estar atentos a las señales que presenta el niño en casa y en el colegio (concentración,  actos impulsivos o agresivos).

El menor hiperactivo puede tener dificultad para aprender, controlar su conducta y cumplir con sus responsabilidades académicas. Puede tener baja autoestima, ya que le va a costar adaptarse a situaciones sociales en las que se espera que respete las reglas y la autoridad. Por ello, se debe tener una tolerancia mayor,  hacerles practicar deporte, fijarles horarios de trabajo, de estudio, y compartir en familia.

Si su hijo ha sido diagnosticado con hiperactividad, es necesario que inicie un proceso de psicoterapia individual y familiar, así se ayudará tanto al menor como a su entorno.

De esta manera, aprenderá herramientas adecuadas para poder comunicarse de manera efectiva y desarrollar mejor sus habilidades sociales.