Mujer vive de milagro tras ser arrastrada 1 kilómetro por huaico [VIDEOS]

María Palacios estuvo a punto de ahogarse pero dice que Dios la rescató. “Resucité”, afirma. Ahora no tiene nada material, pero mucha fe para salir adelante.

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La historia de la otra Evangelina, una vendedora de comida que fue arrastrada un kilómetro por un huaico y se salvó
La historia de la otra Evangelina, una vendedora de comida que fue arrastrada un kilómetro por un huaico y se salvó

Eduardo Guerrero Fonseca

Fotos Jenny Valdivia

Ya pasó casi un mes desde que un huaico arrasó con su casa y ella luchó contra la muerte media hora, nadando entre fango y desperdicios. 

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María Palacios Niño de Guzmán (44) asegura rezando y mirando al cielo que Dios la protegió ese 15 de marzo, cuando el desborde del Rímac embistió su vivienda y se la llevó de encuentro. Dice que está viva de milagro y afirma que esta Semana Santa tiene una vida nueva. 

No tiene nada material, lo perdió todo. Solo le quedan algunas prendas de vestir y mucha fe. Esa que le ayuda a salir adelante junto a su hijo Frank Luis Dioses, de 19 años, quien ha dejado los estudios técnicos por los desastres naturales.

EL RÍO ME HUNDÍA

María recuerda que eran las 3: 30 pm del 15 de marzo cuando el huaico se sintió con fuerza. Las paredes se rompieron y el agua entró al predio de María en la Parcela 51, lotizadora Cajamarquilla, Lurigancho-Chosica. 

“El agua con lodo entró, me arrastró a mí y a mi empleada de cocina Nilda Hernández. La corriente nos arrastró un kilómetro, yo me cogí de un costal, me hundía y salía del agua, pero sabía nadar porque aprendí en la selva, por fortuna”, comentó. 

“Cuando se me acababan las fuerzas, rezaba, sabía que Dios no iba a abandonarme, fue allí que la corriente milagrosamente se desvió y fui a parar a un árbol donde la familia Torres me rescató. Resucité”, agregó María entre lágrimas. A Nilda la rescató un marino.

12 DÍAS EN HOSPITAL

María sufrió hematomas en todo el cuerpo. Aún tiene dolores de cabeza. Estuvo en el hospital de Vitarte dos días y luego diez más en el Casimiro Ulloa. También sufrió pesadillas. “Solo quiero seguir adelante, le doy gracias al Señor por darme otra oportunidad”, aseguró.

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