Irene Hofmeijer, presidenta de Life Out Of Plastic: “Estamos sirviendo a la sociedad”

Antonio OrjedaFotos: GS.Asmática como su padre y su hermano, a su madre un médico le sugirió que mejor se vayan de Lima. Irene Hof-meijer tenía cuatro años. Sumado eso al terrorismo, tomaron un avión. Su papá trabajaba para la OIT, la matriz está en Ginebra, partieron para allá. Hoy ella es ambientalista y junto con la bióloga Nadia Balducci han creado L.O.O.P., una empresa social que combate la contaminación plástica con campañas de concientización que promueven el consumo responsable. Con las botellas de plástico ellas elaboran la tela con que hacen bolsos que nos invitan a usar en lugar de tanta bolsa de plástico que se reparte en los supermercados.–A través de las redes sociales convocaron el verano pasado a quienes quisiesen unirse a una campaña para limpiar playas. Se apuntaron voluntarios de Tumbes a Tacna...–Terminamos limpiando 133 puntos naturales, porque además de playas hubo pantanos, ríos y lagos.–¿Entre cuántos lo hicieron?–Dos mil 500 voluntarios. Esa fue la segunda edición de “Hazlo por tu playa”. La primera convocatoria también fue increíble.–Eso quiere decir que en todo el país hay gente interesada en el cuidado del medio ambiente...–Es la demostración de que tenemos una ciudadanía que ha tomado conciencia y quiere hacer cosas, que quizás se sentía impotente porque no tenía los canales para hacerlo. En realidad, eso surgió como una necesidad creada por nuestros seguidores.INICIO DE EMPRESA–¿Cómo nació L.O.O.P.?–L.O.O.P. nació cuando era muy joven e idealista, y pensaba en todo lo que se puede hacer para cambiar el mundo (ríe)…–Estudiaba en Canadá, fue la propuesta con la que participó en un concurso sobre ideas innovadoras para mejorar el medio ambiente...–Sí. Mi compañera de piso en la universidad estudiaba Administración, y fue ella quien me avisó del concurso. Yo siempre le hablaba del exceso de bolsas de plástico en el Perú, y pensamos en hacer un bolso reutilizable.–La idea es simple: usar bolsos hechos con material reciclado en lugar de bolsas de plástico...–¡Exacto! Íbamos a introducir ese concepto ambiental en un mercado latinoamericano a través de la tela más sostenible, una que tenga un beneficio ambiental: el que sea hecha de botellas de plástico.FORMACIÓN DIVERSA–Su familia se fue del país cuando usted tenía cuatro años. Creció en Suiza, estudió en Canadá, ¿por qué regresó?–Yo era muy pegada a mi abuela. Cada año ella iba a vivir con nosotros, se quedaba varios meses. Solo hablaba castellano, contaba sus historias de vida, influenció mucho en mí; y mi amor por ella indirectamente se transformó en un amor por el Perú. Desde niña, mis trabajos escolares fueron sobre el Perú; y ya en la universidad, también. El 2009 vine a hacer la investigación para mi tesis en Independencia (Lima). Mi estudio era sobre Lima Norte, y lo empecé en el centro de salud de Tahuantinsuyo, en Ermitaño, donde una de las enfermeras estaba haciendo un estudio que yo complementé con mi tesis.EJEMPLO PATERNO–Su padre trabajó para la OIT, su hermano es especialista en Derechos Humanos. Su familia quiere serle útil a la humanidad...–Mis estudios siempre han estado enfocados a las Ciencias Sociales, es una influencia de mis padres, de las conversaciones que cada noche teníamos en la mesa, siempre en torno a lo que estaba ocurriendo en el mundo. Ahora yo soy una pequeña emprendedora que ha enfocado su negocio en responsabilidad social y en el comercio ético y justo. Lo que absorbí en mi familia, lo he hecho realidad.–Ustedes no tienen reparo en asumirse como una empresa con un fin lucrativo...–Cuando estás en el mundo de la investigación te vuelves un experto en postular a distintos financiamientos, pero eso te hace depender siempre de quien te financia. En el tema de conciencia ambiental, a veces los resultados que uno produce son poco tangibles, y eso hace más difícil conseguir financiamiento. Por eso decidimos ser una empresa social, que crea valor social y que pretende ser lucrativa. L.O.O.P. le está dando un servicio a la sociedad.–Por eso brindan consultorías a empresas, las cuales suelen concluir con talleres en las playas...–Una de las maneras que vimos de incorporar al sector privado en nuestro modelo fue a través del voluntariado corporativo y de la sensibilización ambiental interna.–¿Qué resultados han tenido?–Muy buenos. Un cliente nos ha contratado por tercer año consecutivo para el servicio: Supermercados Peruanos. Para nosotros sería más lucrativo que se comprometan a comprar nuestros productos, pero esa no es nuestra manera de trabajar. Hace tres años que hacemos campañas internas de sensibilización y limpieza de playas con sus colaboradores, y para nosotras ese es el público más importante, porque viene un grupo de cajeros, que son quienes a diario distribuyen las bolsas de plástico.–Si ellos entienden el mensaje, evitarán dar tantas bolsas al público...–¡Exacto!–Están cambiando mentalidades. ¿Qué tal es?–Difícil, porque no ves los resultados.–No les queda más que tener la esperanza de que ojalá apliquen lo aprendido...–Claro. Siempre hacemos una ronda de cierre, para que el que quiera comente sobre su experiencia. Hay quienes te dicen que jamás habían pensado en esto, y que al llegar a sus casas van a ver cómo lo aplican; y tú te quedas con la esperanza de que así sea.

–Piensan seguir viviendo de esto, o creen que tendrá un punto final.–De todas maneras pensamos seguir viviendo de esto, y que más personas también lo puedan hacer.

50 TONELADAS DE BOTELLAS

–El 2011 fundó L.O.O.P. ¿Qué tenía a su favor?–Nada (ríe)… Afuera tenía una oferta de trabajo, pero me vine para hacer L.O.O.P.–Seguir sola le era imposible. Al año apareció Nadia Balducci...–Exactamente. Yo llegué al final del 2011 con esta empresa bien armada, con un gran potencial, pero no tenía claro qué vendría después; y Nadia me planteó trabajar juntas. Desde entonces hemos recolectado más de 50 toneladas de botellas de plástico en las playas.–Una parte ha sido convertida en bolsos y polares...–Así es. Con estos productos queremos estimular la cadena productiva de reciclaje –recicladores, acopiadores y comercializadores–, pues al darle un valor agregado, sus eslabones darán más vueltas. Por eso, los bolsos y los polares se hacen con las botellas PET.