Ciencia: razones por las que nos enamoramos más en verano

El verano es la estación propicia para todo tipo de encuentros y en la que a menudo nacen bonitas historias de amor. Pero ¿Por qué nos enamoramos más en verano?. A continuación, conoce las razones según la ciencia.

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El calor prepara un escenario donde se origina el renacimiento de lo carnal
El calor prepara un escenario donde se origina el renacimiento de lo carnal

El verano es protagonista de la era de gestación más prolífica con el 25% de los bebés que nacen en los meses septiembre y octubre, y la estación en la que la venta de preservativos aumenta un 15%, según datos de estimación mundial.

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Publicaciones científicas revelaron incrementos significativos en los niveles de actividad sexual en los Estados Unidos durante las vacaciones veraniegas. Según estudios de la revista Archives of Sexual Behavior, en los meses más calurosos se multiplican las búsquedas en Google sobre sitios de citas.

El clima mejora, el tiempo de ocio al exterior aumenta, las interacciones sociales se multiplican, la oxigenación al aire libre se vuelve propensa, el amor brota. La psicología enumera estos conceptos para explicar que no sólo los factores hormonales estimulan las pasiones estivales.

El calor prepara un escenario donde se origina el renacimiento de lo carnal, una alarma que despierta el deseo, la sexualidad y revoluciona las hormonas. La desinhibición, la semidesnudez, la apertura al placer y la libertad, el descenso en el nivel de estrés y preocupaciones recrean un campo próspero para el amor.

"La piel bronceada es más sugerente y atractiva. Las prendas de vestir son más ligeras e insinuantes, con colores muy intensos y estampados alegres y llamativos. El uso de menos tela en la ropa y el semidesnudo al tomar sol se convierten en incentivos que despiertan las fantasías sexuales que, a veces, pasan más inadvertidas el resto del año", describió la psicóloga y sexóloga Diana Resnicoff, directora del Curso de formación de sexólogos clínicos.

Walter Ghedín, experto en psiquiatría y sexología, analizó las sensaciones que experimenta el cuerpo humano en las épocas de calor con argumentos biológicos: "Las emociones placenteras y el deseo sexual se enciende en estas estaciones. Motivación, hedonismo, entusiasmo, intensidad y una reducción del estrés son algunas de sus condiciones favorables. Ya se ha probado que el sol activa la secreción de neurotransmisores como la serotonina y dopamina que resultan proclives para el encuentro amoroso".

La protagonista del amor en el verano es la serotonina: reduce la ansiedad, inaugura el campo de percepción, recupera el estado anímico y regula el estado de alerta ante situaciones límites. Esta combinación de factores favorece la capacidad para reaccionar mejor al arte de la conquista. 

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