Haya o no haya, Karen

Casi me atoro cuando la escuché. Había hecho un alto en la chamba para tomarme un desayuno al paso y veía la televisión. Entonces, Karencita Schwarz, la chica que sonríe para todo y que sale en cuarenta comerciales, la novia sorprendida por el videíto triple X de su pareja, soltó la sin hueso cuando sus compañeros del noticiero matinal le daban el pase. Y se le chispoteó.

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Haya o no haya, Karen.
Haya o no haya, Karen.

Por: Lucho Camino

Casi me atoro cuando la escuché. Había hecho un alto en la chamba para tomarme un desayuno al paso y veía la televisión. Entonces, Karencita Schwarz, la chica que sonríe para todo y que sale en cuarenta comerciales, la novia sorprendida por el videíto triple X de su pareja, soltó la sin hueso cuando sus compañeros del noticiero matinal le daban el pase. Y se le chispoteó. 

Le pedían que viajase a Chile o a la Corte de La Haya para convencer a todos con su belleza de que el fallo debería sernos favorable, y contestó: “No, yo les dejo el tema de Haya de la Torre a ustedes, a los especialistas”. ¿Qué? ¿Cómo? Confundió la Corte con el ex líder aprista.  

Pobrecita, Karen. Porque no pareció ni darse cuenta de que había cometido un lapsus brutus y que, al continuar hablando como si nada y siempre sonriendo, abría la posibilidad a sus críticos de recordarle esa tonta y discriminadora frase de que la belleza no viene acompañada de buen cerebro.

Sin embargo, y pese a que me sorprendió, creo que fue de esos errores que se dicen sin pensar, por esas antojadizas asociaciones que realiza nuestro inconsciente. Lástima que sucediera en TV, sobre todo si estás en vivo y debes seguir con el show. Aunque alguien debió decírselo para que haga la aclaración durante el programa. 

Me comentó un pasajero que Karen tomó las cosas con buen humor y que había pedido disculpas a su manera en twitter. Es decir, esta chica ni cuando escribe deja de sonreír.

Ella había sido sincera. Dijo que no conocía el tema. No pretendió editorializar, como alguna vez, por ejemplo, lo hizo Gisela para convencer a los peruanos que “un kilómetro cuadrado que regalemos a cambio de la paz, no es nada”, luego del conflicto armado con Ecuador en los años 90.

O como Gabriela Rivera que se presentaba como la conductora del futuro y sepultó su carrera tras decir: “La ciudad blanca de Trujillo” en vivo. Y eso que en esa época no había internet. ¿Le pasará lo mismo a Karen? 

Hoy por hoy, todo lo que es de dominio público está bajo lupa. A la gente no se le pasa nada. Y apenas alguien tiene un desliz, las opiniones estallan en las redes sociales, los blogs y los portales. Todos tienen algo qué decir. Se convierten en los jueces más fieros.  

En minutos, y como si alguien se dedicara solo a ello, aparecen los burlones memes. Todos los comparten. El comentario que más se repite es: “Jajajaja”.  

Karencita no ha sido la excepción. Sin querer queriendo, otra vez se puso en el ojo de la tormenta. Ojalá supere la fama de “Calabaza” que le quieren hacer. 

muchacalle.elpopular@gmail.com

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